Como tal, el presidente de Full Tilt Poker era una de las figuras central al contar con una serie de reuniones y fiestas bastante elegantes a las cuales todos los participantes querían asistir.
El logotipo rojo y negro de Full Tilt Poker podía verse a través de todos los sitios incluyendo salas privadas en las cuales los dos jugadores principales asociados con el operador, Howard Lederer y Chris Ferguson podían relajarse creando un espacio entre ellos y todos los fanáticos. En las mismas salas privadas, Bitar solía extender ruedas de prensa y controlar el ambiente del evento casi como lo haría un rey en su propio territorio.
Sin embargo ahora, 6 años más tarde, Bitar se encuentra en su casa en Glendora, California, bajo arresto domiciliario vigilado constantemente por agentes federales. La semana pasada en Nueva York, Bitar fue liberado tras pagar una fianza de 2.5 millones y adicionalmente debió entregar como colateral propiedad por otros 2 millones de dólares con el propósito de garantizar su regreso a la corte en Manhattan una vez la corte dicte la fecha en la cual su juicio deberá comenzar.
Bitar, de 40 años, enfrenta cargos que lo pueden terminar llevando a prisión de por vida como resultado de sus decisiones que incluyen la apropiación indebida de fondos de jugadores de Estados Unidos y del mundo por valor de 350 millones de dólares.
Hace pocos días, el pasado 2 de julio, Bitar sorprendió a las autoridades al regresar a Estados Unidos y enfrentarse a la justicia de manera voluntaria tras haberse refugiado en Irlanda desde los eventos que tuvieron lugar el famoso viernes negro. Tras su arresto, Bitar continuó defendiendo su posición de inocencia y prometió combatir los cargos.
Ahora que Bitar podría estar compartiendo información con las autoridades, seguramente sus asociados, Lederer y Ferguson deben estar temiendo ver repercusiones criminales como resultado de la evolución de los eventos.
Ya las consecuencias se ven en la comunidad de poker: tanto Lederer como Ferguson han sido rechazados de todo tipo de eventos relacionados con la actividad desde los eventos que tuvieron lugar el pasado 15 de abril del 2011, es decir, el viernes negro.
Sin embargo, mayores repercusiones que un simple rechazo social puede ser lo que los dos puedan ver en los meses siguientes: el hecho que los fondos apropiados indebidamente fueron distribuidos entre los altos ejecutivos seguramente tendrá una relación importante tanto con Lederer como con Ferguson.

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