Todos contra el fraude: El juego en tiempos de crisis: la banca nunca pierde

Se acerca la Navidad y con ella el sorteo del Gordo, el premio más repartido de la Lotería Española y que año tras año vuelve a generar infatigables colas de gente pasando frío a las puertas de doña Manolita y otras administraciones. Pareciera que no hay crisis, pero la hay y se nota.

Según el Informe anual de la Dirección General de Ordenación del Juego, en 2011 el mercado del juego en España fue de 26.585 millones de euros, casi un 3% menos que en 2010. Una tarta que se reparte en un 37% las Lotería y Apuestas del Estado, un 35 % las máquinas de juego y tragaperras, un 8% los bingos, un 7% la ONCE, otro 7% los juegos on line y un 6% los casinos.

Las Loterias han aumentado sus ventas. Encabezadas por la Nacional y la Primitiva,  crece especialmente el Euromillón y se mantienen el Bonoloto o la Quiniela. También han experimentado un alza los sorteos de la Organización Nacional de Ciegos y especialmente los juegos on line, que se han asentado con fuerza en este panorama. Sin embargo, bajan su caja las maquinitas y los bingos.

Por comunidades autónomas las cifras se mantienen e incluso crecen ligeramente, donde Madrid es la que más juega con 1.485 millones de euros, seguida de Cataluña, Andalucía y Valencia, mientras que el resto se gasta menos de la mitad. Por otra parte, los puntos de venta se han reducido hasta 1.500, menos de la mitad respecto a hace seis años, aunque sus ingresos continúan en alza con una media de 364.000 euros brutos al año.

Otra de las referencias para tomarle el pulso al juego son los centros de rehabilitación de ludopatía, que al parecer han registrado un menor número de personas. Lo que nos hace suponer que a menor capacidad adquisitiva menor es la posibilidad de jugar. Así lo explica, Joaquín, uno de los veteranos de la Asociación de Jugadores en Rehabilitación de Alcobendas.

Sin embargo, las terapias para superar la ludopatía deben continuar tanto para los afectados por la enfermedad del juego como para sus familiares, aún más afectados.

Sin embargo, uno de las mayores preocupaciones para Joaquín son los juegos on line, que se han triplicado en los últimos años y cuyo control es casi imposible. De hecho ni siquiera podemos prohibirnos la entrada como podemos hacer en bingos y casinos, presentando el DNI en cualquier registro del Ministerio del Interior.

En el otro lago del juego están los que reparten fortuna, como Alfredo, vendedor de la ONCE que recientemente ha entregado un millón de euros y 9 de 3.000. El está feliz, a pesar de que aún nadie le haya dado las gracias.

Su papel es el de hacer soñar con una suerte que no siempre llega, por eso observa como la gente sigue jugando a pesar de la crisis.

Y es que el ser humano en su búsqueda de la perfección sigue soñando… o mejor dicho jugando porque ¿y si toca?.