El Gobierno canario justifica el beneficio fiscal a los bingos en el empleo

Los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para 2013 incluyen un beneficio fiscal -los ingresos que la Administración renuncia a cobrar- a favor de los bingos a través de una rebaja de cuatro puntos porcentuales en el tipo de gravamen a aplicar. ¿Por qué? Porque el sector supo explicar al Gobierno, por una parte, y a los grupos parlamentarios, por otra, que la crisis lo ahoga -algunas salas han cerrado en los últimos años- y que existía la posibilidad de otras clausuras debido a que, según la normativa canaria vigente, deben mantener un personal mínimo con independencia de la afluencia y el nivel de actividad. ¿El resultado? La sensibilidad mostrada hacia su situación se tradujo en una bajada del 20% al 16% del gravamen que les supondrá este año -según los propios cálculos del Ejecutivo- un ahorro de casi 6,1 millones de euros.

"No hay trampa ni cartón en esto del bingo", ataja con determinación -y sentido del humor- la viceconsejera de Administración Pública, Carmen Nieves Rodríguez Fraga, antes de recordar que esta actividad da empleo directo a unas 8.000 personas en las Islas y otros tantos de manera indirecta.

Los representantes del bingo hablaron, en primer lugar, tanto con el viceconsejero de Hacienda, Jesús Velayos, como con Rodríguez Fraga en más de una ocasión para explicar que estaban abocados al cierre de algún establecimiento por la afección de la crisis a la actividad del juego.

Ante sus argumentos, el Gobierno canario entendió prioritaria la no destrucción de empleo. "Bajar la tasa de fiscalidad un 4% no nos parecía tan grave si a cambio se comprometían a mantener el empleo", explica Rodríguez Fraga sobre los términos en los que quedó cerrado el compromiso para todos los establecimientos que mantengan la plantilla en el nivel que tenía en 2011.

Los presupuestos autonómicos explican de forma expresa que la rebaja tendrá lugar cuando "la suma acumulada de los valores faciales de los cartones adquiridos no supere 3,5 millones de euros, siempre que la sala de bingo mantenga su plantilla media de trabajadores con respecto al ejercicio anterior".

Tanto Velayos como Rodríguez Fraga trasladaron su punto de vista a los respectivos consejeros -el de Economía y Hacienda, Javier González Ortiz, y el de Presidencia, Justicia e Igualdad, Francisco Hernández Spínola-, que optaron por dejar en manos del Parlamento la decisión final.

Dicho y hecho. Los representantes canarios del bingo visitaron todos los grupos, que estuvieron de acuerdo en buscar una solución al asunto y coincidieron en proponer la rebaja del gravamen con efecto desde el 1 de julio de 2012.

"Lo pactaron con todos ellos", aclara Rodríguez Fraga en referencia a los grupos parlamentarios. "Fueron los diputados los que aprobaron el texto con esa enmienda que, además, no fue un acuerdo del Gobierno, sino una enmienda", puntualiza la viceconsejera.

Los grupos avalan la explicación del Ejecutivo y señalan que la vía del beneficio fiscal era la más rápida para afrontar la situación, pues la alternativa hubiera implicado un cambio legislativo que se podría demorar "un año o más".

El Reglamento del Bingo establece una plantilla mínima en el Archipiélago

Ante el argumento de los bingos de que tienen que mantener un número mínimo de empleados para funcionar con independencia de la afluencia de clientes -que habría disminuido desde el inicio de la crisis-, Rodríguez Fraga señala que "no tiene constancia" de ello.

"En las negociaciones con el Gobierno nunca se habló como un problema mantener trabajadores, sino de evitar la destrucción de empleo por la crisis", asevera. "Es verdad que el Reglamento del Bingo fija un mínimo de personal, pero es tan mínimo que no justificaría ese argumento", con lo que la viceconsejera descarta que los bingos esgrimieran esa obligación para lograr el beneficio fiscal. "No se les pide tener cuarenta personas".

En efecto, la norma ordena que esos establecimientos cuenten con entre dos y tres empleados en el caso de la categoría más baja, y entre tres y siete en la más alta, para el control y desarrollo del juego mientras están abiertos. Las categorías se definen por criterios como el tamaño y el número de jugadores.

Pero desde el Parlamento se matiza que los bingos expusieron que en el contexto de crisis, mantener una plantilla mínima debía conjugarse con la realidad de una menor actividad.

Las claves
"Es verdad que no se puede incentivar el juego y que hay que proteger a los menores, pero también lo es que hay un montón de gente que trabaja en esa actividad", explica Rodríguez Fraga. La pérdida de empleo hoy día supone "con toda seguridad" ir al paro, lamenta la viceconsejera, que remarca que "dentro de seis meses no sabemos, pero ahora mismo esa persona no va a recuperar el trabajo", por lo que el Ejecutivo dio prioridad al mantenimiento del trabajo. "El juego está muy regulado y está sometido a un control muy exhaustivo en la comunidad", aclara la viceconsejera. Los bingos enfrentan la competencia del juego "on-line", por lo que la Administración modificará su reglamento para autorizar la publicidad, que ahora está prohibida.

Fuente: eldia.es