El ministro de Presidencia, Antoni Riberaygua, ha presentado este jueves ante la comisión legislativa de Economía del Consejo General las líneas maestras del anteproyecto de ley del juego. El texto, que regula un amplio catálogo de tipologías de juego (sorteo, presorteados, apuestas y juegos de mesa), tiene entre sus principios inspiradores las políticas preventivas y paliativas del juego excesivo, la atención a colectivos de población que tienen que tener el acceso al juego y la especial atención a la seguridad y el orden público (crimen organizado, blanqueo, protección de los consumidores...).El anteproyecto distribuye los operadores del juego en función de cinco categorías, con licencias específicas por cada una de ellas. Las cuatro primeras categorías alcanzan modalidades cómo: casino, bingo, loterías y apuestas, on-line, mientras que la última categoría incluye modalidades no habituales, entre las cuales concursos, quintos y rifas benéficas.
En paralelo al marco legal, la Oficina del Juego trabaja en el establecimiento de convenios con los organismos de gestión del juego de los países vecinos para regular la venta de loterías extranjeras en Andorra. El ministro Riberaygua, que ha comparecido ante los medios al finalizar la presentación ante la comisión, ha destacado la excelente colaboración y nivel de diálogo con España y Francia sobre esta cuestión: “Afrontar la regulación sin tener la colaboración de los estados vecinos era impensable”.
El ministro, que ha comparecido acompañado del director del ministerio, Xavier Bardina, el coordinador de la Oficina del Juego, Enric Garcia, y del asesor jurídico de la Oficina, Joan Monegal, ha querido contextualizar la regulación del juego: “Se trata de abrir una actividad nueva pero con serenidad y prudencia, sabedores que puede dar crecimiento y abrir un sector que puede ser atractivo por la gente que nos venga a visitar”, ha apuntado.
Y es precisamente la capacidad de esta nueva actividad como aliciente turístico el que ha llevado a apostar por un determinado modelo de casino. Riberaygua ha querido dejar claro que se ha rehuido del modelo americano que convierte el jugador en “cautivo” de una instalación y se ha optado por un único casino con capacidad de generar riqueza en todo el sector. “El cliente no tiene que ser cautivo del casino, sino cautivo del país”.
Los comparecientes han insistido en la necesidad de prevenir los efectos no queridos que el juego traiga asociados y, de manera particular, los impactos sociales. Con esta filosofía, se ha optado por una oferta moderada y sin diseminación, una filosofía que prohíbe, por ejemplo, las máquinas tragaperras fuera de los casinos. El anteproyecto dedica un título específico a la protección de los jugadores, estableciendo exclusiones de los menores, ludòpatas, los beneficiarios de ayudas social, etc.
La conciencia del juego como una materia compleja exige la necesidad de una entidad reguladora y de control: el llamado Consejo regulador andorrano del juego, una entidad con amplías funciones de supervisión, inspección y control, de lucha contra el fraude y de expedición de las licencias. Este órgano contará con representación de todos los ministerios afectados: Finanzas, Salud, Interior, Economía, Turismo y Educación y tendrá como organismos consultivos vinculados la Unidad de Inteligencia Financiera, la Agencia de Protección de Datos y el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas.
El ministro Riberaygua ha explicado también que la lucha contra el blanqueo ha acontecido una prioridad y ha detallado toda una serie de medidas cómo son: la identificación y comprobación de la identidad de los jugadores, la creación de un registro de jugadores, la prohibición de crédito, la identificación de ganadores de sumas superiores a los 15.000 euros y las medidas de control al personal y sistemas de seguridad interna.
Fuente: govern.ad
vía: elrecreativo.com

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