Todos contra el fraude: El Reino Unido Modifica La Ley Para Bookmakers Extranjeros

Las empresas de apuestas con sede en cualquier parte del mundo tendrán que obtener una licencia de la Comisión de Apuestas del Reino Unido, si quieren hacer publicidad o realizar transacciones con consumidores de ese país, según el nuevo proyecto de ley esbozado por el gobierno británico.

Los operadores extranjeros estarían obligados a informar sobre patrones de apuestas sospechosas.

En el proyecto de ley publicado ayer por el Departamento de Cultura, Medios y Deportes (DCMS), el gobierno británico propuso que los juegos de azar a distancia se regularán en función de donde las apuestas son colocadas, es decir desde el "punto de consumo" (Point Of Consumption- POC).
Asimismo, los operadores extranjeros estarían obligados a informar a la Comisión de Juego, sobre patrones de apuestas sospechosas que involucran a consumidores del Reino Unido, y además deberán pagar parte de los costos para hacer frente a los problemas de juego y la regulación.
El gobierno dijo que los operadores de juego de países que se encuentran en la "lista blanca", no se enfrentarán a importantes costos adicionales como consecuencia de estas reformas, necesarias para el beneficio de los consumidores.
"Estas propuestas son una medida importante para ayudar a abordar las preocupaciones acerca de problemas con el juego y colmar lagunas en la reglamentación, velando para que los consumidores británicos puedan disfrutar de unas normas coherentes de protección, no importa qué sitio de juego online visiten", enfatizó Hugh Robertson, Ministro de Deporte y turismo.
"Por ejemplo, el trabajo previo de la Comisión de Juego ha puesto de manifiesto deficiencias de algunos operadores remotos para prevenir el juego de los menores de edad, y por primera vez, los operadores en el extranjero estarán obligados a informar al regulador del Reino Unido sobre patrones de apuestas sospechosas para ayudar a la lucha contra la ilegalidad y la corrupción en las apuestas deportivas", agregó.
"Estas reformas garantizarán la coherencia y la igualdad de condiciones a todos los operadores en el extranjero y estarán sujetos a las mismas normas y requisitos normativos de los operadores con sede en el Reino Unido", agregó.
Bajo la Ley del Juego actual, las compañías extranjeras deben tener licencia en ciertas jurisdicciones pertenecientes a una "lista blanca" con el fin de operar en el Reino Unido. Hasta el momento, qualquier operador de juego que quiera ofrecer sus servicios en el Reino Unido, debe tener una licencia o estar regulado por uno de los Estados aprobados por la Comisión de Apuestas.
Las licencias expedidas en estos países de la "lista blanca" se consideran que han sido emitidas en el Reino Unido. Sin embargo, los operadores offshore no requieren una licencia para tomar transacciones de los consumidores del Reino Unido.
El Gobierno dijo que, sin embargo, le preocupa que algunos operadores de juegos de azar, que se dirigen a los consumidores del Reino Unido, pero tienen base en algunos países europeos, no pueden ser objeto de "suficiente supervisión regulatoria" para beneficiarse del "derecho automático" para hacer negocios en el Reino Unido.
Asimismo los operadores establecidos en esos países "no pueden ser obligados" a informar sobre actividades sospechosas de apuestas a la Comisión de juego.
La información compartida con la Comisión por los operadores, a menudo carece de suficiente detalle como para permitir al organismo "investigar a fondo", y las empresas extranjeras y los organismos reguladores a veces citan leyes de protección de datos, como razón que impide compartir información más detallada, dijo el Gobierno.
Con el fin de cerrar las brechas regulatorias que actualmente existen, el DCMS propone que los operadores de juegos de azar queden sujetos a una licencia del Reino Unido.
El ministro Robertson dijo que los cambios significarían que "todos los operadores que venden en el mercado británico, ya sea con base aquí o en el extranjero, deberán poseer una licencia de la Comisión de Juego para que puedan realizar transacciones con los consumidores británicos y hacer publicidad en Gran Bretaña".
Como resultado de ello, las empresas también tienen que adherirse a las leyes de juego del Reino Unido, así como pagar los derechos de licencia y de "contribuir a la investigación, la educación y el tratamiento en relación con los problemas del juego británico y los costos regulatorios", agregó el ministro.
"Para el Gobierno está claro que las propuestas no han sido diseñadas para duplicar la labor de otros organismos reguladores o para aumentar innecesariamente las cargas impuestas a los operadores. Más bien el sistema será ligero toque, evitando la duplicación, apoyándose en el trabajo de otros reguladores", agregó.
El DCMS dijo que los operadores que ya tienen negocios en el Reino Unido, pero se basan en el Espacio Económico Europeo o en otros países de la "lista blanca", se beneficiarían de un "período de transición" durante el cual se les da automáticamente una licencia provisional "por lo que no tendrían que" cesar en su actividad ". El régimen de la "lista blanca" con el tiempo se eliminará gradualmente.
Philip Graf, presidente de la Comisión de Juego, dijo: "Damos la bienvenida a los cambios propuestos. En la actualidad regulamos menos del 20% de los juegos de azar online de los consumidores británicos, y no se puede insistir con los operadores extranjeros para que nos proporcionen información acerca de transacciones sospechosas de apuestas".
Bajo el régimen fiscal vigente los operadores con sede en el Reino Unido pagan un impuesto del 15% sobre la base de las ganancias brutas de las apuestas, pero muchos bookmakers, incluyendo Ladbrokes y William Hill, han trasladado sus operaciones online al extranjero, donde no se encuentran actualmente responsables de un impuesto sobre los beneficios obtenidos. Por otra parte, los corredores de apuestas del Reino Unido también deben pagar un impuesto sobre las ganancias brutas tomadas en las apuestas de carreras de caballos